Vermuts Rofes
Vermuts Rofes es algo así como el ADN primigenio del popular y conocido «vermut de Reus». Esta particular e histórica marca refleja a la perfección lo que es para nosotros la filosofía Hipócrates acerca de nuestro amado aperitivo preferido; pasión, reflexión, armonía…
Rofes es tradición y evolución contemporánea.
Actualmente en sus originales y bellas instalaciones, podemos comprar su producto (que no es fácil de encontrar a pie de calle ) además de poder disfrutar de un servicio de restauración exquisito, con una buena relación calidad-precio.
Esta es su peculiar historia:
Vermuts Rofes nace durante el año 1890, cuando Reus se estableció como uno de los centros más importantes dedicados a la fabricación y comercialización del vermut. Marcel·lí Rofes Sancho fue uno de los impulsores de una de las marcas mas conocidas dentro del mundo del vermut, empezando desde cero en un pequeño local de Reus. En el año 1908 ya se encontraban establecidos en el mismo local en el que hoy en día alberga su restaurante. Vermuts Rofes es un espacio que, a pesar del paso del tiempo, ha sabido conservar todos sus más bellos elementos y detalles históricos, transmitiendo a su vez el mismo encanto y tradición.
Marcel·lí Rofes no lo tuvo nada fácil a la hora de sacar adelante sus bodegas, ya que fue enviado como soldado a la Guerra de Cuba. Por suerte, el destino quiso que saliera del paso sano e ileso, además logró volver con unos cuantos ahorros de más que le ayudarían a recuperar las riendas. La Guerra Civil Española, desafortunadamente, sí que jugó un papel importante en el desarrollo de Vermuts Rofes, ya que golpeó de lleno en sus almacenes e instalaciones. Debido a la magnitud de éstas y a que eran pioneras en los transportes directos por ferrocarril, fueron bombardeadas sin compasión creyendo que en su interior se fabricaban aviones. De hecho, algunos testimonios de la época, cuentan incrédulos como el vino corría abundantemente hasta la Plaça Catalunya.
Anécdotas aparte, y a pesar de las muchas dificultades, Vermuts Rofes ganó popularidad y renombre a lo largo del siglo XX, no sólo en Cataluña sino a nivel nacional e incluso en gran parte del extranjero.
Todo ese esfuerzo a llegado a nuestros días, transmitido en los productos que podemos disfrutar en su local. Y es que la antigua fábrica se ha convertido en un acogedor local lleno de historia, buen gusto, encanto y buena cocina. Si os acercáis, os aseguramos buen vermut, buen vino y una estancia realmente agradable.
INDISPENSABLE, ROFES SIEMPRE.
